La Comisión ha adoptado el 3 de septiembre un segundo paquete de siete propuestas sectoriales que completan el marco para el próximo presupuesto de la UE a largo plazo para 2028-2034. El futuro presupuesto a largo plazo de la UE será debatido por los Estados miembros en el Consejo, por unanimidad y con la aprobación del Parlamento Europeo para el MFP.
Estos actos jurídicos completan la propuesta del MFP 2028-2034 y abarcan los siguientes ámbitos:
- Programa Mercado Único y Aduanas
- El Programa de Justicia
- El Programa de Investigación y Formación de Euratom
- Instrumento de cooperación en materia de seguridad nuclear y clausura
- El programa de ayuda a la clausura nuclear de la central nuclear de Ignalina en Lituania (programa Ignalina)
- La Decisión sobre la Asociación Ultramar, incluida Groenlandia
- El Programa Pericles V
Principales características del nuevo MFP:
- Un presupuesto centrado en las prioridades de la Unión, como la competitividad, la defensa y la seguridad, la descarbonización, la sostenibilidad y la cohesión económica, social y territorial;
- Mayor flexibilidad en todo el presupuesto, de modo que Europa tenga la capacidad de actuar —y reaccionar— con rapidez cuando las circunstancias cambien inesperadamente o cuando deban abordarse nuevas prioridades políticas;
- Programas financieros de la UE más sencillos, racionalizados y armonizados, de modo que los ciudadanos y las empresas puedan identificar y acceder fácilmente a las oportunidades de financiación;
- un presupuesto adaptado a las necesidades locales, con planes de asociación nacionales y regionales para inversiones y reformas, con un impacto específico donde más importa y garantizando un apoyo más rápido y flexible para una mayor cohesión económica, social y territorial en toda nuestra Unión;
- un poderoso impulso a la competitividad, para que Europa asegure las cadenas de suministro, amplíe la innovación y lidere la carrera mundial por una tecnología limpia e inteligente;
- Un paquete equilibrado de nuevos recursos propios que garantice unos ingresos adecuados para nuestras prioridades, minimizando al mismo tiempo la presión sobre las finanzas públicas nacionales.