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European Commission: State of the Energy Union Report 2024

La Comisión Europea publicó el pasado 11 de septiembre el Informe sobre el Estado de la Unión de la Energía 2024, que describe cómo la UE ha gestionado retos sin precedentes en el panorama de la política energética durante el mandato de esta Comisión, dotando a la UE de un marco regulador para proseguir la transición hacia una energía limpia y sentando las bases de un crecimiento económico y una competitividad renovados.

En los últimos años, la UE ha logrado hacer frente a riesgos críticos para la seguridad del abastecimiento energético, recuperar el control del mercado y los precios de la energía y acelerar la transición hacia la neutralidad climática:

  • La generación de energía renovable está batiendo nuevos récords de capacidad. En el primer semestre de 2024, la mitad de la generación de electricidad de la UE procedía de fuentes renovables.
  • La cuota de gas ruso en las importaciones de la UE se redujo del 45% en 2021 al 18% en junio de 2024, mientras que han aumentado las importaciones de socios de confianza como Noruega y EEUU.
  • Se redujo la demanda de gas entre agosto de 2022 y mayo de 2024 en 138.000 millones de metros cúbicos.
  • La UE alcanzó su objetivo del 90% de almacenamiento de gas en invierno el 19 de agosto de 2024, mucho antes de la fecha límite del 1 de noviembre.
  • Los precios de la energía son más estables y se mantienen significativamente por debajo de los niveles máximos de la crisis energética de 2022.
  • Las emisiones de gases de efecto invernadero de la UE disminuyeron un 32,5% entre 1990 y 2022, mientras que la economía de la UE ha crecido alrededor de un 67% en el mismo periodo.
  • A escala internacional, la UE lideró la iniciativa mundial de triplicar la capacidad de las energías renovables y duplicar las mejoras de la eficiencia energética como parte de la transición para abandonar los combustibles fósiles, que fue respaldada por todas las Partes en la COP28 de Dubái.

Según apunta el texto, se han logrado avances significativos en materia de energías renovables. La energía eólica, por ejemplo, superó al gas para convertirse en la segunda fuente de electricidad de la UE, por detrás de la nuclear, y en el primer semestre de 2024 las energías renovables generarán el 50% de la electricidad de la UE. En 2022 el consumo de energía primaria de la UE renovó su tendencia a la baja, con un descenso del 4,1%.

No obstante, habrá que redoblar los esfuerzos en materia de eficiencia energética para que la UE cumpla el objetivo de reducción del 11,7% del consumo final de energía de aquí a 2030.

“Hay que seguir mejorando, sobre todo en la electrificación generalizada de los equipos de calefacción y en el ritmo de renovación de los edificios. Es necesario redoblar los esfuerzos para hacer frente a los elevados precios de la energía. Esto es clave para mejorar la competitividad de la industria de la UE y acelerar las inversiones en las redes de infraestructuras integradas de Europa, que son esenciales para la electrificación de la economía europea”, explica el informe.

El informe recuerda que todos los Estados miembros deben presentar sus Planes Nacionales de Energía y Clima actualizados definitivos lo antes posible, para garantizar la consecución colectiva de los objetivos energéticos y climáticos para 2030. La evaluación de los proyectos de PNEC actualizados publicados en diciembre de 2023 muestra que los Estados miembros han dado un paso en la dirección correcta, pero esto aún no es suficiente para reducir las emisiones netas de gases de efecto invernadero en al menos un 55% para 2030 y deben tener en cuenta las recomendaciones de la Comisión para sus Planes definitivos.

En el futuro habrá que hacer frente a retos nuevos y emergentes, como el actual déficit de ambición en los objetivos de energías renovables y eficiencia energética, el aumento de la pobreza energética, el diferencial de precios de la energía en comparación con otros competidores mundiales y el riesgo de nuevas dependencias críticas estratégicas. Exigirán una respuesta política decisiva y un cambio radical en los esfuerzos a nivel de la UE y de los Estados miembros, mediante una mayor coordinación, integración del mercado y actuación conjunta.

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